En las ultimas 3 décadas la población mexicana ha sufrido los efectos de tipo de desastres. Uno de los mas terribles fue el terremoto de 1985 en la Ciudad de México. Nuestro país está en riesgo constante de terremotos, erupciones volcánicas, huracanes, inundaciones, sequías e incendios forestales. La vulnerabilidad de la población aumenta debido a problemas sociales como la pobreza. Por ejemplo, la gente mas humilde vive en casas mal construidas que resultan más dañadas por terremotos y lluvias.
La sociedad ha jugado un papel muy valioso en la atención a las victimas de estos desastres. Después del terremoto de 1985, los propios habitantes de la ciudad acudieron en ayuda de las victimas y damnificados.
Conforme la gravedad de los desastres naturales se ha hecho mas clara, los gobiernos se han esforzado en atender a la población afectada con la movilización del ejercito para asistir a los damnificados y destinando más recursos para la reconstrucción de las viviendas y los servicios. A pesar de los esfuerzos, es imposible atender todas las necesidades de las zonas afectadas. Por ello, tanto el gobierno como la sociedad han comenzado a desarrollar una cultura de prevención.
Ante estas contingencias es indispensable que los mexicanos seamos más solidarios con los mas vulnerables a los desastres.
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