Más de 50 millones de mexicanos viven en pobreza, que carecen del dinero suficiente para cubrir sus necesidades. Casi 19 millones de habitantes sufren el peor tipo de pobreza: la alimentaria, que significa que no tienen los recursos para comer bien, lo que esta afectando en mayor medida a niños y jóvenes.
Es común pensar que en nuestro país la pobreza sólo afecta a la gente que vive en el campo o en regiones aisladas, pero esto no es preciso. La población con pobreza alimentaria, 12 millones habitan en el campo y 7 millones en la ciudad, esto indica que la pobreza no solo es un atraso que no se ha corregido, si no que también se reproduce en las urbes, donde se supone que la vida es mejor. Las promesas de una mejor condición de vida en las zonas urbanas no siempre se han cumplido o exigen un precio muy alto.
Mientras que los grupos más acomodados gozan de servicios, educación y servicios de salud con una calidad comparable a la de los países más desarrollados, los sectores más marginados viven en condiciones opuestas. En parte esto explica la delincuencia que aqueja a las urbes en la actualidad. La falta de empleo adecuados es otro problema en nuestra sociedad.
En México deberían crearse cada año 1,200,000 empleos; sin embargo, en las ultimas tres décadas el país se ha quedado muy lejos de esta cifra.
La falta general de empleo formal y bien remunerado tiene otra consecuencia negativas, pues impide a las personas el acceso a la seguridad social, ademas de no contar con ingresos que les permitan ahorrar o invertir en su patrimonio o pagar la educación de sus impuestos sobre su trabajo y disminuye la adquisición de productos y servicios. De esta manera el desempleo y la pobreza crean un circulo vicioso, pues dificulta que los mexicanos mejoremos nuestro nivel de vida y que los mas pobres escapen de su situación.
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